RECORDATORIO volver al indice
 

     Las empresas funerarias al cobrar la no pequeña factura de sus servicios incluyen a veces los recordatorios (estampas casi siempre horrendas, con algunos datos del difunto, la referencia detallada a sus desconsolados tal y cual, y algún malpensamiento antilacrimógeno de san Agustín o san Gregorio Nacianceno).
     ¿Y si uno no está desconsolado? La duda ofende, porque económica y estéticamente cuando menos tiene que estarlo.

     Ha muerto don Emilio.
     Lope me ha pedido prepare el recordatorio. Supongo que para que los conocidos lloren menos.
     Como «dibujo» va la oración de Ch. de Foucauld «Padre». Un «dibujo» siempre nuevo porque nos renueva al rezarla.
     El texto dice: «después de esforzarse durante 62 años, el 11 de febrero de 1978 en Majadahonda, empezó a oír sin interferencias la Palabra».
     Seguro que quienes le conocieron sonreirán. Porque don Emilio estaba sordo desde hacía tiempo. Dicen que desde que nadando pasó por debajo de la quilla de un gran barco, un enorme trasatlántico.
     Estaba sordo, pero no lo era aquel hombre fino y afinado en música y en humanidad, aquel ministro de la Palabra (la que existía al principio, la que se hizo carne y acampó entre nosotros).

     El texto del recordatorio, humildad aparte, creo que no está mal.
     Pero queda incompleto.
     Habría tenido que añadir cuatro palabras más.
     Me consuela pensar que en Washington, Zaragoza, Tarragona, Valencia, México..., cuando Gabriel, Alfonso, Luis, David, José María... lo lean repararán mi omisión.
     Ellos y yo sabemos que mucho de nuestra vocación se lo debemos a don Emilio, apóstol de las vocaciones.
     Y hasta se me ocurre pensar que dado que los santos oficiales, los de gran tonelaje, tienen que estar muy ocupados allá arriba con tantas burocracias celestiales, a lo mejor algunas diócesis e institutos religiosos que andan con unas cuantas plazas libres aquí abajo lograrían ocuparlas mandándole un recado a don Emilio, apóstol de las vocaciones, de oído fino recién estrenado.