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LA PASTORAL DE LAS VOCACIONES EN LAS CIRCUNSTANCIAS ACTUALES II

P. Raffaele SACCO
)

 SEGUNDA PARTE:
EXPERIENCIAS Y RESONACIAS (ECOS)

Respuesta de las Iglesias a la encuesta sobre los veinte últimos años de experiencias pastorales: .

Nota preliminar

Analizando de manera superficial las respuestas a las diversas consultas de las Iglesias particulares, los estudios presentados por los delegados a los Congresos internacionales y la documentación relativa a los Planes de Acción nacionales y diocesanos. Se tiene la impresión de encontrarnos ante situaciones tan diversas en cuanto a experiencias realizadas y medios pastorales utilizados, así como las estructuras iniciadas en los diferentes países del mundo, que parece casi imposible sacar de ellas elementos comunes. Pero tras un análisis más detallado de los esfuerzos realizados en la pastoral vocacional y sobre todos de las motivaciones profundas que las inspiraban, permite sacar ciertos aspectos generales más evidentes, comunes a las Iglesias particulares.
Una constatación merece resaltarse: a lo largo de estos veinte años la pastoral vocacional a llegado a constituirse con ventaja en el objeto de mayor atención especial en las comunidades cristianas; se ha precisado mucho mejor su espíritu y significación y ha sido suficientemente integrada dentro de la pastoral de conjunto de las diócesis.
Con el objeto de ofrecer un esquema somero de los últimos veinte años, esta segunda parte se detiene  brevemente en los siguientes puntos: Orientaciones e intervenciones pastorales; Algunas dificultades que hemos encontrado; Resultados obtenidos.

Orientaciones e intervenciones pastorales

 

a. Magisterio episcopal

En el transcurso del último decenio, las intervenciones del magisterio episcopal han jugado un papel importante. Han contribuido éstas de manera notable a la profundización de aspectos doctrinales de la vocación, de la maduración de una nueva conciencia pastoral en lo referente a las vocaciones, a un compromiso real a todos los niveles.
He aquí algunas de las formas de intervención: Asambleas plenarias de las Conferencias Episcopales dedicadas a las vocaciones; Documentos de las Conferencias episcopales en cuestión; Mensajes y llamadas pastorales.
 
b. Congresos

Los Congresos tanto nacionales como internacionales han supuesto una notable aportación, también los Simposios y sesiones de estudio, los encuentros culturales a todos los niveles sobre la teología y la pastoral de las vocaciones.

c. Planes de acción

El primer decenio ha estado caracterizado por la preparación de los Planes de acción nacionales; la segunda ha estado dedicada a los Planes de acción diocesanos, según las orientaciones de la Congregación para la Educación Católica.
Este trabajo de preparación y de concreción de los planes de acción ha ofrecido a las comunidades locales la ocasión de estudiar y de comprender la situación de su Iglesia y de ofrecer un programa bien orientado.

d. Valoración de la Jornada Mundial

La celebración de la Jornada mundial de oración por las vocaciones a ofrecido a las Iglesias particulares no sólo la oportunidad de la oración comunitaria, sino también tiempos fuertes de catequesis, de sensibilización y de intervención de tipos diversos.
En algunos países, se ha asumido la costumbre de fijar para esta jornada un tema de reflexión, de búsqueda y de renovación válido para todo el años pastoral. Por ejemplo: Francia, Alemania, Portugal, España, Malta, Bélgica, etc...
La situación actual podría resumirse como sigue:
- un buen porcentaje de diócesis posee ya un Centro que funciona muy bien durante todo el año. En muchas ocasiones, este Centro es uno de los organismos más florecientes de la diócesis.
- incluso en las diócesis en las que el centro no ha alcanzado un nivel tan elevado, se subraya una actividad creciente en ciertas ocasiones, como la Jornada mundial de oración, el Día del seminario y otras parecidas.

e. Estudios y publicaciones

Durante este decenio, ha existido un crecimiento digno de resaltar desde el punto de vista de los estudios e investigaciones sobre diversos aspectos de la teología y la pastoral de las vocaciones. Las Universidades católicas han organizado cursos y seminarios. Se ha notado igualmente un florecimiento de publicaciones, de revistas y artículos sobre la vocación y sobre la vida consagrada, que han contribuido de manera substancial al desarrollo de esos argumentos sobre el plan teológico, educativo, pastoral y sociológico. Los tres Sínodos: sobre el laicado, sobre la Formación sacerdotal y sobre la Vida consagrada han contribuido a esta profundización.

Algunas dificultades que hemos encontrado

En el transcurso de este decenio las dificultades han sido numerosas y serias. Tomando como base la documentación emanada de Roma, se puede afirmar que estos perduran y se arraigan en causas y fenómenos múltiples. Más abajo hacemos alusión a algunos de estos fenómenos.

a. Factores socio-culturales

- Los procesos sociales de nuestro tiempo, tales como el secularismo, la sociedad de consumo, el hedonismo, etc... ampliamente extendidos entre la población y también entre los jóvenes, han traído una disminución masiva de la práctica religiosa, llegando has el abandono de la vida cristiana y a un comportamiento moral permisivo.
- La influencia de las rápidas transformaciones culturales y sociales unida a los fenómenos de urbanismo, industrialización, inmigración, de la extrema movilidad de las poblaciones.
- La crisis y la transformación de la familia marcada por el inquietante fenómeno de la baja tasa de natalidad. La escuela se presenta fuertemente secularizada, mientras que las escuelas católicas son cada vez más insuficientes, sobre todo en el nivel secundario.

b. Factores eclesiales

- Influencias de naturaleza teológica se refieren a la comprensión de la Iglesia y de sus valores. La falta de claridad en cuanto a la identidad eclesial, la confusión en la catequesis y en la propuesta hacen muy difícil la justa comprensión de la vida sacerdotal y consagrada.
- Antitestimonios y crisis de identidad por parte de algunos sacerdotes, religiosos y religiosas.
- Falta de inserción profunda de la pastoral de las vocaciones en la pastoral familiar y educativa y en la pastoral de conjunto.
- Dificultades para encontrar formadores, directores espirituales y animadores vocacionales.
- Desproporción entre el gran número de sacerdotes, religiosos y religiosas de edad y el reducido número de sacerdotes, religiosos y religiosas jóvenes y activos; de ahí la dificultad de encontrar personas disponibles y capaces de dar cursos y de animar los encuentros de jóvenes.
- Desconfianza injustificada con respecto a los seminarios
- Falta de audacia en el anuncio, la propuesta y el acompañamiento vocacional.

c. Situaciones de la juventud

- Muchas familias se oponen a la vocación de sus hijos.
- El método de educación liberal y permisivo ha favorecido la formación de personas incapaces de sacrificio y de una elección más comprometida y ha provocado una fragilidad psicológica y espiritual.
- Muchos jóvenes ven un obstáculo en el celibato y en el compromiso definitivo y no comprenden que el ministerio presbiteral sea inaccesible para los hombres casados y para los sacerdotes reducidos al estado laical.
- Cierta desafección con respecto a la Iglesia institución.
- Dificultad para traducir el mensaje de Cristo a un lenguaje más comprensible para los jóvenes de hoy.

d. Actitudes ante las dificultades

Las dificultades que acaban de ser enumeradas y otras que podríamos señalar, exigen que uno se comprometa a superarlas con optimismo cristiano y de la mejor manera posible. Al mismo tiempo pueden convertirse en estímulos positivos para interrogarse sobre su significación y descubrir nuevas modalidades para la acción pastoral.
Por ejemplo:
-La “crisis de identidad” sacerdotal puede llevarnos a la purificación y a la profundización teológica. Una vez superada esta “crisis”, será más fácil percibir el lugar del sacerdote en el Pueblo de Dios (la dimensión sacramental de su presencia).
-La desafección de los jóvenes en relación a la Iglesia institución puede estimular a la toma de conciencia de estos problemas: ¿por qué las llamadas no tienen la suficiente resonancia (respuesta)? ¿Qué testimonio auténtico debe ofrecer la comunidad cristiana para que los jóvenes se consagren totalmente a la misión de la Iglesia?
Si es verdad que el mundo no favorece la respuesta de los jóvenes a la llamada de Dios, puede haber también cierta inadaptación por parte de la Iglesia.

Resultados obtenidos

a. Marco general

Los resultados obtenidos en el curso de la última década pueden parecer poco evidentes. Se  tiene la impresión de que estos resultados son más de orden cualitativo que cuantitativo.
Desde el punto de vista de las estadísticas, se ha registrado al comienzo de la década, salvo en ciertos países, una bajada de número de vocaciones sacerdotales y de consagraciones particulares.
Después de unos años se constata una inversión de tendencias con la realidad de un aumento sensible del número de vocaciones en algunos países, si bien este crecimiento no es suficiente para responder a las necesidades y al deber de la misión.
Las comunidades diocesanas que, a pesar de la crisis, han obtenido resultados positivos en cuanto al aumento de vocaciones, atribuyen este aumento a los siguientes factores: pastoral familiar y juvenil; pastoral vocacional unificada y auténtica; objetivos del seminario claramente definidos y debidamente realizados; dirección espiritual; dedicación de un sacerdote a tiempo pleno para el servicio de las vocaciones y presencia de un equipo plural.

b.Convicciones a nivel teológico y pastoral

Durante estos años se han conseguido importantes aclaraciones teológico-pastorales y se ha asistido a la maduración de convicciones referidas al espíritu y sentido de la pastoral vocacional así como los medios a emplear:
Unidad y diversidad de las vocaciones en la Iglesia.
-La constitución “Lumen gentium” deja claro de una vez por todas el fundamento al que debe referirse la pastoral vocacional.
-Las vocaciones en la Iglesia no deben ser consideradas de manera aislada. La construcción del Reino de Dios se realiza en la complementariedad, la diversidad y la reciprocidad de las vocaciones.
Finalidad y presupuestos de la pastoral vocacional.
- En la Iglesia todos son llamados a una misión.
- Una Iglesia toda ministerial
- Conciencia más amplia del problema de las vocaciones como compromiso de toda la Iglesia
- Toma de conciencia de la utilidad de una pastoral vocacional “genérica2 y “específica2, en tanto que pastoral integral en la pastoral de las vocaciones, la de la familia, la juvenil y la catequesis en vistas a una atención explícita a las vocaciones para el sacerdocio y para la vida consagrada.
- La convicción de que no puede haber verdadera pastoral vocacional allí donde no se insista en la dimensión espiritual de la vocación.

c. Progresos a nivel de organización

Se pueden resaltar  ciertos datos positivos en el campo de los servicios:

- La animación de las vocaciones ha llegado a ser de forma progresiva la expresión de la colaboración y la convergencia unitaria del clero diocesano, de los religiosos, de las religiosas y de los laicos: equipos plurales que reflejan la fisonomía de la Iglesia.
- Cursos, encuentros y jornadas para jóvenes se multiplican con éxito. Los instrumentos de trabajo son cada vez más adaptados  al fin que se persigue.

La situación a la vista de los próximos años

 a. Esperanza y optimismo

Las referencias de los responsables de vocaciones y los Planes de acción diocesanos están generalmente de acuerdo en afirmar que la Iglesia de hoy, a despecho de las dificultades, goza de un clima más favorable en cuanto a las vocaciones se refiere y de perspectivas mejores que las que ha tenido en los últimos veinte años.

b. Los valores del mundo de los jóvenes

En la amplia categoría del mundo de los jóvenes emergen netamente, tanto en le plano socila como en el eclesial, fuertes demandas positivas que alimentan la confianza.
- La caída de las ideologías que, a los ojos de los jóvenes, se han revelado engañosas y manipuladoras.
- El nacimiento de grupos y movimientos de jóvenes marcados por un fuerte compromiso cristiano.
- La sed ardiente de saber buscar el sentido pleno de “sí mismo” y de poder vivir una existencia auténtica.
- Un interés creciente por los valores religiosos más esenciales, comprendidos no como un sistema abstracto de principios doctrinales y de normas morales, sino como una experiencia nueva de sí mismo, vivida en el interior de un Misterio transcendente, verdaderamente capaz de dar la razón última de todos los aspectos del destino del hombre.
- Los acontecimientos recientes de la Iglesia (entre ellos el pontificado y la figura de Juan Pablo II, tan fuerte y sereno, tan cargado de humanidad y de espiritualidad) han polarizado la atención de todos los hombres y han sacudido la conciencia de los creyentes, especialmente la de los jóvenes.
- El deseo de redescubrir la persona de Jesucristo de donde se origina una necesidad de  silencio y de plegaria, de pobreza verdadera y de sencillez evangélica.; la urgencia de entregarse con un amor eficaz y desinteresado al servicio de los pueblos más necesitados y débiles.
- La confianza y la apertura en la Iglesia han aumentado: una Iglesia concebida, no como una organización religiosa que celebra unos ritos arcaicos e impone un moralismo abstracto, sino como una comunión fraterna de personas unidas en Cristo que, a pesar de su egoísmo, están decididas a practicar el Evangelio a fin de dar a la sociedad contemporánea una esperanza de vida divina.
- Los jóvenes de hoy día se caracterizan por la búsqueda  de valores totales, de personas auténticas y de comunidades vivas.
De cara a los valores de los jóvenes, la comunidad eclesial comprende que, más que por el pasado, está llamada a dar un sentido a la vida de las nuevas generaciones y a captar los signos de los tiempos.

URGENCIAS PASTORALES

1. El tema de la vocación debe estar sustentado por una eclesiología sólida que evite una visión “puramente funcional” de la Pastoral Vocacional.

2. Es necesario que en el futuro se desarrolle la teología del sacerdocio y de la vida consagrada, al mismo tiempo que su relación con la vocación de los laicos, evitando confusiones siempre posibles; en el programa ordinario de las facultades y escuelas de teología, es necesario ofrecer las bases doctrinales referentes a la vocación y a las vocaciones.

3. Es indispensable dar una preparación específica a los animadores vocacionales y a los diversos responsables del acompañamiento vocacional a fin de evitar improvisaciones y cierta superficialidad.

4. Es oportuno favorecer una pastoral de las vocaciones más orgánica y mejor programada con el fin de concretizar la corresponsabilidad y la coordinación de personas y comunidades.
5. El servicio vocacional debe ser visto como el “alma de toda evangelización”, y no como “una cosa más a hacer”. No habrá una solución satisfactoria al problema de las vocaciones hasta que las parroquias no lo perciban como un problema que les concierne. Es preciso que los obispos animen de todas las formas posibles a las comunidades parroquiales para que se conviertan en lugares ordinarios del itinerario vocacional.

6. Necesitamos tener el coraje suficiente para implicar en esta tarea un número adecuado de personas que, a tiempo pleno, se consagren a la pastoral vocacional entre los jóvenes.

7. Se debe ofrecer a los jóvenes el espectáculo de una Iglesia viva y darles la ocasión de participar en su vida, particularmente en la liturgia. Es necesario invitarles, según su edad, a comprometerse en la acción apostólica de su parroquia o de su comunidad de fe.

8. Es importante llevar una pastoral de juventud que tenga en su horizonte la pastoral vocacional. un proyecto de pastoral juvenil no puede no proponerse como objetivo último la maduración de un diálogo personal, profundo, decisivo del joven o la joven con el Señor. En efecto, la pastoral juvenil no es completa ni eficaz más que en la medida en la que se abra a la dimensión vocacional.

9. Sin la familia no hay verdadera pastoral vocacional. La acción pastoral debe ayudara  alas familias a convertirse de forma más eficaz en un medio privilegiado en el que la escucha de la palabra de Dios suscite actitudes evangélicas, como un deseo de intimidad con Dios en la oración, un vivo compromiso con la misión de la Iglesia, el don de sí mismo a los pobres.

10. Un plan de acción para la pastoral de las vocaciones supone un esfuerzo general de evangelización y de formación espiritual. Es necesario iniciar a los cristianos, incluidos los jóvenes, en el descubrimiento de las llamadas que vienen de la misión propia de la Iglesia en medio de las necesidades, sobre todo espirituales del mundo de hoy.

Sólo una Iglesia misionera se hace merecedora de que Dios le envíe vocaciones.

 

(Traducido del francés por Alonso Morata. De la revista Jeunes et Vocations, 94 [99] 43-55)