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PLANTEAMIENTOS: EL ACOMPAÑAMIENTO VOCACIONAL

LA ORIENTACIÓN O ENFOQUE


El acompañamiento se puede configurar desde tres orientaciones, enfoques o formas, según el aspecto que sea más predominante o al que, de hecho, se le dé más relevancia: El ACOMPAÑANTE, el ACOMPAÑADO o el PROCESO VOCACIONAL

  1. La relación centrada en el ACOMPAÑANTE (: Consultorio)


El acompañante centra la atención y asume el protagonismo porque es quien detenta el saber y el saber hacer. La fidelidad a lo que él diga condiciona el tratamiento de los procesos personales. Para que la actuación del acompañante sea la más adecuada, éste debe contar con la mayor cantidad posible de información sobre los temas tratados. Y desde lo que dice la ciencia, le dirá al acompañado lo que tiene que hacer.


  1. La relación centrada en el PROCESO VOCACIONAL.


El enfoque de este tipo de acompañamiento se centra sobre todo, en el análisis y el tratamiento del proceso vocacional, presentando así al acompañante toda la ayuda que necesite. La situación se soluciona en la medida en que la situación del acompañado se analice con precisión y se interprete adecuadamente; a esto se añade el apoyo afectivo y las orientaciones que el acompañado necesita para arreglar su situación personal. Esto es necesario, pero integrado dentro de las posibilidades que toda persona tiene de llegar a ver qué le pasa, por qué y cómo solucionarlo por él mismo, si es debidamente ayudada en el dinamismo de su personalidad.


  1. La relación centrada en el ACOMPAÑADO.


Es él quien viene preocupado por su situación personal que requiere iluminación, motivación y pistas de actuación. Esto requiere un proceso y aprendizaje a través de la “comunicación” entre los dos protagonistas del acompañamiento. La opción por este tipo de relación parte de tres consideraciones básicas:

    1. La confianza en la persona para ayudarse a sí misma.

    2. La exclusión de toda actitud manipuladora en el proceso del acompañamiento.

    3. El diálogo se convierte en punto clave del acompañamiento. Según Carkhuff la relación personal típica del acompañamiento tiene cuatro puntos claves que son:


      • ACOGER: Prestar atención a la persona.

      • REFLEJAR: estimular el proceso de autoconciencia de la persona con intervenciones adecuadas.

      • PERSONALIZAR: Poner a la persona frente a sus propias responsabilidades respecto a la situación objeto del diálogo.

      • INICIAR: Ayudar a que el acompañado defina la meta, programe y verifique un plan de trabajo con el apoyo del acompañante.


INTERVENCIONES PEGAGÓCICAS


Esta ficha va dirigida a los Agentes de Pastoral Vocacional. Es útil para ellos porque puede ayudarles a comprobar a qué dan importancia en el acompañamiento personalizado. Y desde ahí pueden establecer los correctivos necesarios, si se cree conveniente.


LECTURA Y ASIMILACIÓN DEL DOCUMENTO


  1. Leer atentamente el documento. Aclarar las palabras o expresiones que no se entiendan o se ignore su significado en el contexto. Después ir señalando con un lápiz:


    • Lo que no entiendes (¿)

    • Lo que te parece que sobra (+)

    • Lo que falta, según tu opinión (-)

    • Lo que subrayas como más importante de todo (_)


  1. Señala el enfoque que te parece más correcto. Indica al menos tres razones que justifiquen su validez.



PARA LA AUTOEVALUACIÓN DEL ACOMPAÑANTE


  1. ¿Qué actitudes sueles mantener en las entrevistas? ¿Te preocupa qué tienes que decir? ¿Te interesa la persona? ¿Hasta qué punto te influyen tus propias necesidades, urgencias, problemas,... en las entrevistas?


  1. Analiza tus respuestas verbales y no verbales que das al entrevistado.


  1. Mira la convergencia entre tus intervenciones y las del acompañado. Valora en qué medida has facilitado su proceso personal de avance.


  1. ¿Cuidas tu formación y puesta al día como acompañante? ¿De qué manera?


  1. Mediante qué indicadores puedes asegurar quién ocupa el lugar más importante de tu relación de acompañamiento. Detállalos y repásalos.