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INSTRUMENTOS: LA ENTREVISTA VOCACIONAL
Juan Carlos Martos
CONTENIDOS
"Todos desean un oído al cual confiarle las propias preocupaciones" (Proverbio portugués).
El instrumento más importante del acompañamiento vocacional es la conversación o entrevista pastoral. Es el instrumento que hay que cuidar de manera especial, en orden a ayudar en los procesos de clarificación vocacional.
- PASOS CONCRETOS A DAR EN LA ENTREVISTA
2.1. Primer momento: La acogida
Consiste fundamentalmente en un ejercicio consistente en prestar atención físicamente, mirar y escuchar. Hay que dedicarle tiempo. De su buen funcionamiento depende el desarrollo de la entrevista.
- PRESTAR ATENCIÓN FÍSICAMENTE (ATENDER)
Todas las personas estamos dispuestas a escuchar y a prestar atención a quien demuestra interesarse por nosotros y nos escucha a fondo. Se trata de que el acompañado, al ver que se la atiende, se sienta animado a hablar y auto-revelarse. El acompañante deberá adoptar una postura física que inequívocamente muestre que está atendiendo.
- En el conocimiento de una persona resultan más significativos los elementos que llegan a captarse con los ojos (observación) que con el oído (escucha). Existe un lenguaje no-verbal que indica la percepción que la persona tiene de lo vivido. Por ello, el acompañante tendrá que observar su aspecto físico, su capacidad intelectual, sus afectos, su modo de relacionarse. Se trataría de la lectura semejante a la que el radar hace el horizonte sobre el que se mueve: el aparato señala sólo los objetos o fenómenos alarmantes.
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- c. ESCUCHAR
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Significa recoger y recordar lo más fielmente posible cuanto el otro está diciendo, sin olvidar estar atento a las propias reacciones (las del acompañante mismo). Algunos rasgos de esta escucha podrían ser:
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- Poner a la persona en el centro.
- Acoger, aceptar y dar valor al otro, evitando juzgarlo y medirlo por parámetros propios.
- Renunciar a un estilo autoritario.
- No intervenir mientras el otro desea decir algo aún.
- Cuando la persona tiene dificultad en expresarse, no hay que tratar de "adivinar".
- No intervenir con comentarios, valoraciones y reflexiones personales.
- Tener en cuenta que la persona puede prestar atención a cuanto diga el acompañante sólo después de haber manifestado el propio estado de ánimo o el propio punto de vista.
- Segundo momento: El reflejo o reformulación
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- Se trata de devolver al interesado cuanto parezca haber percibido el acompañante acerca del lenguaje verbal y no-verbal de aquel. El método que aconsejamos, por su eficacia demostrada, es el de la "REFORMULACION" o "REFLEJO DE SENTIMIENTOS", que supone:
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- No caer en la tentación de creer haber comprendido la situación por el solo hecho de estar atento a todas las partes de la narración que nos vaya haciendo el vocacional.
- La empatía: Capacidad de meterse dentro del otro.
- Reconocer que sólo el individuo en cuestión sabe exactamente lo que está pasando.
El método en sí mismo consistiría en volver a decir, en reformular con otras palabras al acompañado:
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- Los contenidos que dice
- Los sentimientos que expresa
- El nexo causal entre contenidos y sentimientos
Esto se realiza de una manera práctica mediante un procedimiento de ir devolviendo al acompañado los contenidos comprendidos reformulados con otras palabras mediante esta o parecida fórmula:
- "TU TE SIENTES (sentimientos) ... PORQUE (contenidos)..."
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- Tercer momento: La confrontación
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- Orientaciones
- Si anteriormente los pasos se han dado de manera adecuada, la persona acompañada, al llegar este momento, suele encontrarse en una actitud de búsqueda. Es un buen momento para dar otro paso. Es un paso en la autoexploración, en un conocimiento más profundo de sí: toma de conciencia sobre lo que le falta, sobre lo que debería hacer y no hace, sobre sus actitudes a asumir y desarrollar... Es decir, se trata de colocar a la persona antes sus propias responsabilidades.
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- Hay que tener en cuenta un dato que se repite llegado este momento: La persona ha de superar la tendencia común a atribuir a los demás la responsabilidad de cuanto negativo ha sucedido. Esta es una tendencia muchas veces egoísta, a veces injusta, y siempre inútil y estéril.
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La única ayuda que puede prestar el acompañante espiritual a la persona que supere una dificultad consiste en llevarla a comprometerse en primera persona, a hacer cuanto le corresponde a ella -¡no a los otros!- para mejorar la situación y disponerse a aceptar con generosidad aquello que no puede cambiar.
Normalmente esta intervención suele producir un fuerte impacto sobre la persona y puede engendrar reacciones de defensa o de rechazo. Por ello, el acompañante espiritual deberá preparar el ánimo del individuo para mirar cara a cara la realidad y aceptar la propia parte de responsabilidad.
Y ello sólo se consigue si el acompañante hace preceder a sus intervenciones de un camino de exploración y de comprobación de si la persona está dispuesta y es capaz de reconocer y aceptar como propio todo aquello que el acompañante espiritual le comunica.
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- b. Pasos concretos a dar en la confrontación
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- 1. PERSONALIZAR EL SIGNIFICADO
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Se busca analizar, con las oportunas intervenciones del acompañante, qué impacto tiene la situación descrita en la persona y qué efecto produce en ella.
La persona suele considerar sus propias dificultades desde una óptica bajo la cual las otras personas vienen presentadas como actores principales de la situación y ella misma en el trasfondo. Por ello hay que invertir los papeles llevándola a ella al primer plano y ayudándole a tomar conciencia de su responsabilidad. Ello se consigue pasando de la tercera persona a la segunda persona en la reformulación de las situaciones, implicando así directamente al individuo, de la manera que esquematizamos:
- "TU TE SIENTES....PORQUE TU...."
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- 2. PERSONALIZAR EL PROBLEMA
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- Es el momento más delicado y lleno de riesgos del coloquio, dado que el acompañante espiritual debe ahora presentar con toda claridad las carencias o la culpa que el individuo ha tenido en la causa de la situación.
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- En este cotejo, el acompañante espiritual deberá moverse solamente en el plano operativo (conducta externa, acciones, intervenciones, omisiones...) evitando abordar las intenciones o las motivaciones del sujeto.
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- 3. PERSONALIZAR EL SENTIMIENTO
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- A continuación de tal tipo de intervención, el individuo puede elaborar una imagen de sí mismo negativa y encontrarse dominada por sentimientos de autodesprecio o de depresión. Un tal ánimo resultaría doloroso y nocivo. Este es el motivo por el cual el acompañante espiritual puede intervenir reflejando el nuevo sentimiento que capta en el individuo.
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- La persona tiene la necesidad de sentir que el acompañante espiritual ha entendido o intuido la reacción de sufrimiento o de desánimo que puede haberle invadido después de la personalización del problema.
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- La experiencia demuestra que, a estas alturas, junto con el reconocimiento y la aceptación de la propia responsabilidad, la persona manifiesta casi siempre el deseo de hacer algo para salir de esa situación. La fórmula para verbalizar esta intervención es la usada para personalizar el problema:
- "TU TE SIENTES.....PORQUE TU NO...."
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- 4. PERSONALIZAR LA META
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- Tomando como punto de apoyo el deseo expresado por el propio interlocutor, el acompañante destaca la dirección hacia la que cree que puede moverse el individuo. Y aquí se pueden echar mano de:
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- Los VALORES a los que el individuo es sensible.
- La MOTIVACIONES que mayormente influyen en él.
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- La meta viene formulada partiendo de las carencias o de los errores ya reconocidos. La fórmula viene integrada del siguiente modo:
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- "TU TE SIENTES...PORQUE TU NO...PERO DESEAS..."
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- Cuando la persona ha llegado a este punto, ella está dispuesta y es capaz de iniciar un trabajo de superación de las dificultades. Por ello, el acompañante puede ofertar un compromiso práctico y programático.
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- 2.4. Cuarto momento: La decisión
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- Toda entrevista debe terminar con un compromiso concreto.
Llegado a este momento la persona acompañada pasa a otra situación. La ayuda consistirá ahora en encontrar juntos la vía más apta para lograr el objetivo ya entrevisto y sinceramente deseado. Se trata de un modo de afrontar la situación que esté inspirado en los valores en los que cree la persona.
El acompañante se esfuerza en formular un plan de acción adecuado a la persona que debe actuar e inspirado en la meta que se pretende alcanzar y procura mantener vivas y operantes en el acompañado las motivaciones del compromiso.
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- b. Pasos concretos a dar en la decisión
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- 1. DEFINIR LA META
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- No se trata de un enunciado abstracto, sino de una propuesta formulada en términos prácticos de acciones y de conductas. La meta ha de ser definida por ambas partes en colaboración y mutuo acuerdo. Sólo las personas más inmaduras o de escasa iniciativa, o todavía muy necesitada de apoyos externos necesitarán que el acompañante les proporciones directamente un plan de acción.
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- 2. INDICAR LOS PASOS
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- No olvidar que toda entrevista debe terminar con un compromiso concreto. Articularlos en su realización y en su comprobación y procurar que sean:
- 1. Proporcionados a la capacidad de esfuerzo del individuo.
- 2. Adecuados a la situación personal y ambiental.
- 3. Relativamente fáciles de poner en práctica y fácilmente comprobables.
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- 2.5. Quinto momento: La confirmación
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- a. Orientaciones
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- Supuesta la deliberación -valoración de pros y contras- y, una vez valorados, añadirle la conveniente y siempre necesaria dosis de fe y de confianza en Dios pues toda vida evangélica supone un riesgo. Tal decisión conviene que sea mantenida en el tiempo en fidelidad. Por ella ha de ser confirmada, evaluada y apoyada.
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- b. Pasos concretos a dar en la confirmación
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- Observar la fidelidad al compromiso y el estado de ánimo que caracteriza al período.
- Prestar la oportuna ayuda en las siguientes cuestiones:
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- Buscar las causas que están a la base de la escasa o nula fidelidad a los propósitos hechos.
- Tomar conciencia del significado que tienen las reacciones interiores que surgen con motivo de las caídas o triunfos frente a los compromisos contraídos.
- Reforzar la buena voluntad del individuo desde la desilusión y desaprobación o desde la aprobación y satisfacción.
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INTERVENCIONES PEGAGÓCICAS
Esta ficha va dirigida directamente a Agentes de Pastoral Vocacional, en orden a determinar con justeza el grado con conocimiento y convicción personales que tienen acerca de la Pastoral Vocacional.
LECTURA Y ASIMILACIÓN DEL DOCUMENTO
- Leer atentamente el documento. Aclarar las palabras o expresiones que no se entiendan o se ignore su significado en el contexto. Después ir señalando con un lápiz:
- Lo que no entiendes (¿)
- Lo que te parece que sobra (+)
- Lo que falta, según tu opinión (-)
- Lo que subrayas como más importante de todo (_)
- Trata de entender la lógica que se presenta en el orden de los pasos y de las intervenciones del acompañante. Trata de determinar si hay claridad y si se disipan las dificultades de aplicación que puedan surgir.
- Leer y comentar en común las significativas y elocuentes palabras de una persona necesitada de escucha que se expresa en estos términos:
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- “Cuando te pido que me escuches y tu empiezas a darme consejos, no has hecho lo que te he pedido.
- Cuando te pido que me escuches, y tú empiezas a decirme por qué no tendría que sentirme así, no respetas mis sentimientos.
- Cuando te pido que me escuches, y tú sientes el deber de hacer algo para resolver mi problema, no respondes a mis necesidades. ¡Escúchame! Todo lo que te pido es que me escuches, no que hables ni que hagas. Sólo que me escuches.
- Aconsejar es fácil. Pero yo no soy un incapaz. Quizás esté desanimado o en dificultad, pero no soy un inútil.
- Cuando ti hacer por mí lo que yo mismo podría hacer y no necesito, no haces mas que contribuir a mi inseguridad.
- Pero cuando aceptas, simplemente, que lo que siento me pertenece, aunque sea irracional, entonces no tengo que intentar hacértelo entender, sino empezar a descubrir lo que hay dentro de mí”
EJERCICIO PRÁCTICO DE ENTREVISTA
- Se divide al grupo de los animadores de pastoral vocacional participantes del encuentro formativo en pequeños grupos de tres.
- Cada uno de los tres de las ternas, desempeñará sucesivamente un papel. Ese papel, por tanto, será intercambiable: Uno hará de acompañante, otro de acompañado y el tercero de observador.
- Los dos interlocutores deberán hablar por espacio de 10 minutos sobre uno de los temas que se indiquen en su momento. El observador deberá ir tomando nota por escrito de lo que ve, en positivo o en negativo.
- Pasado el tiempo. Los interlocutores callan. Y el observador expone sus observaciones. Puede seguir un pequeño diálogo entre los tres para clarificar, detectar,... Lo que interesa sobre todo es caer en la cuenta de lo correcto y de lo incorrecto de la entrevista realizada, a partir de las indicaciones establecidas.
- A continuación, se intercambian los papeles y repiten el comportamiento, teniendo en cuenta lo anteriormente dicho.
- Se repite una tercera vez, de manera que todos hayan podido tener la oportunidad de representar todos los papeles.
- Puesta en común al final.
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TEMAS POSIBLES PARA EJERCITARSE |
1 |
Miedos, objeciones y defensas ante una posible vocación. |
2 |
Dificultades ante esta entrevista concreta que estamos realizando. |
3 |
Tu vocación y las reacciones de tus familiares y amigos. |
4 |
Tu vocación y las dificultades para vivir la vida cristiana en el ambiente. |
5 |
Tus dificultades de animador de pastoral vocacional. |
6 |
Razones por las que estás aquí en este curso |
- Para ampliar más el tema, tomar el libro de B. GIORDANI, Encuentro de ayuda espiritual, Atenas, Madrid, 1985, pp. 171 y siguientes.
- O’DONNELL, R., “La escucha”, en PANGRAZZI, A., El mosaico de la misericordia, Sal Terrae, Santander, 1989, p.43.
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