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    El Congreso se realizó en el marco de la Exposición internacional "Agua y desarrollo sostenible"
     

    RASGOS DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN II
    Raúl Berzosa Martínez

    II. ¿QUÉ SENTIDO HA OTORGADO EL PAPA BENEDICTO XVI AL TEMA DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN? - ES EL ARTE DE ENSEÑAR A VIVIR...

    ¿Cuál es el “arte de evangelizar”, según J. Ratzinger? — El 19 de enero de 2001 aparece en L'Osservatore Romano una conferencia pronunciada en el Congreso de catequistas y profesores de religión en Roma. Resumimos los contenidos: “Evangelizar es un arte”: Evangelizar quiere decir mostrar el arte de vivir: llevar a Cristo que es el camino y la felicidad. Si se desconoce el arte de vivir, todo lo demás ya no funciona. Este arte no es objeto de ciencia; sólo lo puede comunicar quien tiene vida, quien es “Evangelio en persona”.
    Estructura de la nueva-evangelización: La iglesia nunca ha dejado de evangelizar: cada día celebra y administra los sacramentos, anuncia la palabra de vida, y se compromete a favor de la justicia y la caridad. Y esa evangelización produce frutos: da luz y alegría, da el sentido de la vida a muchas personas. Pero otras personas no viven así porque hay un progresivo sentido de descristianización y de pérdida de los valores humanos esenciales. Por eso, además de la evangelización ordinaria e ininterrumpida, necesitamos una nueva evangelización para quienes no tienen acceso a la evangelización “clásica”. Todos necesitan el evangelio y hay que buscar nuevos caminos para llevar el evangelio a todos.

    Existe una tentación: la de impaciencia, la de buscar los grandes números. Nueva evangelización no quiere decir atraer inmediatamente con nuevos y más refinados métodos a las grandes masas que se han ale­jado de la Iglesia. Tenemos que poner en práctica la parábola del grano de mostaza: significa no contentarse con el hecho de que el grano de mostaza -el Reino- haya crecido en el gran árbol de la Iglesia universal, ni siquiera pensar que en sus ramas puedan anidar aves de todo tipo, sino que es preciso actuar de nuevo valientemente con la humildad del granito dejando que Dios decida cuándo y cómo crecerá (Me 4,26-29). Las grandes cosas comienzan siempre con un granito, mientras que los grandes movimientos de masas son efímeros. Las grandes realidades tienen inicios humildes. San Pablo al final de su vida tuvo la impresión de haber llevado el evangelio hasta los confines de la tierra pero las comunidades eran pequeñas y dispersas. “Éxito” no es el nombre de Dios. Desde la nueva evangelización debemos aceptar que la Iglesia es, al mismo tiem­po, un gran árbol y un granito.

    Método de la NE: No buscamos, como las empresas humanas, que se nos escuche a nosotros. No pretendemos aumentar el poder y la extensión de nuestras instituciones: queremos servir al bien de las personas dando a Aquel que es la Vida. Evangelizar no es tanto una forma de hablar como una forma de vivir; vivir escuchando al Padre, en el Hijo, por el Espíritu (Jn 16,13). Ofrece una dimensión trinitaria, cristológica, pneumatológica y edesial: el anuncio de Dios se realiza en la Iglesia. No se habla en nombre propio sino en la misión de la Iglesia. Por ello, los métodos de la NE no son sólo racionales y humanos: éstos no llevan a las personas a Cristo. Jesús predicaba de día y oraba de noche. Nosotros no podemos “ganar” a los hombres: debemos obtenerlos de Dios para Dios. Todos los métodos son ineficaces si no se fundamentan en la oración. La palabra debe ir unida a la oración.

    Todavía más: no basta la predicación unida a la oración; el camino de Jesucristo fue el de la cruz hasta ascender a Jerusalén. El grano de trigo tiene que caer en tierra y morir (Jn 12,24). El éxito de lá misión de Cristo no fue fruto de la retórica o de la prudencia pastoral. Su fecundidad dependió del sufrimiento (himno kenótico). Hay que completar lo que falta a la pasión de Cristo (Col 1,24). Los mártires son semillas de nuevos cristianos (Tertuliano). Apacentar las ovejas quiere decir sufrir por las ovejas (San Agustín). Dice el evangelio que el Reino de Dios exige violencia (Lc 10,16). La violencia de Dios es el sufrimiento, la cruz. No podemos dar vida a otros sin dar nuestra vida: quien pierda su vida por el evangelio, la encontrará (Mc 8,35).

    Los contenidos de la NE:

    1. -Conversión: convertios y creed en el Evangelio (Mc 1,15): dejar rriis criterios y mi forma de vida, para que entre Dios en ella y me la cambie. Es buscar un nuevo estilo de vida. No es solo reducir el cristianismo a un moralismo: es vivir una vida como don y amistad con Cristo. Conversión es la humildad de confiarse al amor de Cristo para que se vuelva medida y criterio de mi propia vida. Esta conversión no es sólo intimista o individualista: implica un “nosotros”, una comunidad de vida. Porque no se evangeliza sólo individualmente y con palabras.
    2. -El Reino de Dios o teocentrismo: Es el corazón de la NE. El Reino de Dios es Dios mismo. Dios existe. Dios vive. Dios actúa y está presente en el mundo. Dios no es alguien lejano, ni el gran arquitecto. Tampoco es antropocentrismo. El verdadero problertía de nuestro tiempo es la crisis de Dios, la ausencia de Dios, camuflada por una religiosidad vacía. Tenemos que volver a hablar de Dios y con Dios (hasta el mismo J.B. Metz lo ha puesto de relieve al pasar de una teología política a otra “narrativa”). La evangelización, antes que nada, tiene que hablar de Dios, anunciar al Dios verdadero: al Creador, al Santificador, al Juez (Nuevo Catecismo). Pero anunciar a Dios es también enseñar a rezar. La oración es fe en acto. Necesitamos escuelas de oración, sabiendo que la oración personal y la litúrgica se complementan. La liturgia es actio divina: Dios actúa y nosotros le respondemos. Hablar de Dios y hablar con Dios siempre deben caminar unidos. Muchas veces nuestra forma de celebrar es demasiado racionalista, banal o llena de nuestras palabras. La liturgia tiene que ser enseñanza. También la moda del esoterismo (New Age) o de técnicas orientales demuestra que nuestra liturgia deja mucho que desear. En nuestro mundo, tenemos necesidad del silencio y del misterio, y de la belleza, por encima del individuo. La liturgia no es invención del sacerdote. El celebrante no es el centro. No habla de sí o para sí sino “in persona Christi”: es preciso que Él crezca y yo disminuya (Jn 3,30)
    3. Jesucristo: el Enmanuel, el Dios-con-nosotros, la respuesta a los deísmos. Existe la tentación de convertirlo sólo en personaje histórico, en hombre sin más. El Cristo de la fe no es un mito, sino alguien muy real. El anuncio salvador implica dos polos: por un lado, seguimiento y, por otro, configuración con Cristo, asimilarnos a Él, llegar a la unión con Dios. Todos tenemos sed del infinito, de una libertad y de una felicidad sin límites. Seguir a Cristo e identificarnos con Él no es sólo un aspecto moral, sino “mistérico”, es decir, acción de Dios y respuesta nuestra. Y esto es precisamente el misterio pascual: cruz y resurrección. El kerigma no es una interpretación burguesa o anecdótica, ni siquiera revoluciona­ria o heroica de un rebelde, pertenece al misterio divino y es la expresión de un amor hasta el final (Jn 13,1)
    4. La vida eterna: el anuncio del Reino implica que Dios actúa y está presente pero, además, seremos juzgados, que no podemos hacer lo que queramos. Esto vale para los poderosos y para los pobres. Dios hace justicia y sólo Él puede hacerla a fin de cuentas. Por eso se unen profun­damente Reino de Dios y “pobres”: éstos están protegidos por la certeza de la justicia de Dios: hay justicia. Las injusticias del mundo no tienen la última palabra en la historia de la humanidad. Dos consecuencias: por un lado, la bondad de Dios no es algo “melindroso” y, por otro lado, creer en la vida eterna tiene consecuencias muy reales para nuestra vida terrestre. Si la medida de nuestra vida es la eternidad, esta vida terrestre será grande y de valor inmenso. Dios no es contrincante en nuestra vida, sino que garantiza nuestra grandeza y la grandeza de nuestra vida. En resumen, el mensaje cristiano no es complejo sino muy simple: hablemos de Dios y del hombre y así decimos todo.

      III. LOS ERSCENARIOS O LUGARES DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN QUE SEÑALÓ R. FISICHELLA (13-10-11) Los escenarios o lugares de la Nueva Evangelización, que
      SEÑALÓ R. FlSICHELLA (13-10-11), AMPLIANDO LOS LINEAMENTA
      1. - La pastoral ordinaria. No puede entenderse la NE como una dimensión yuxtapuesta a la pastoral ordinaria. La NE representa una “cualificación propia en clave misionera para vivir en profundidad el propio bautismo”. Cada bautizado debe tomarse en serio su ser cristiano. Es la pastoral ordinaria. Las diócesis y, en ellas las parroquias, son los lugares privilegiados. La entera comunidad diocesana es evangelizadora. En la medida en la que las comunidades cristianas acojan el desafío de la NE , “se dará vida a caminos reales de comunión, se volverán a valorar todas las realidades eclesiales en su propia especificidad, y se podrá ofrecer un horizonte de compromiso común”.
      2. -La liturgia. Que es la acción privilegiada donde se manifiesta la acción de Cristo. La Iglesia vive de la acción litúrgica. El anuncio remite a la celebración (lex credendi-lex orandi) Son importantes los sacramentos de la eucaristía y el de la penitencia; este último te coloca ante tu propia verdad, sin tapujos. Se necesitan experiencias de perdón y de amor en nuestra sociedad. Desde la liturgia, la acción y la coÉtemplación deben unirse.
      3. -La cultura. El mundo de hoy sufre por falta de pensamiento que, a su vez, debilita la fe. La NE no sólo necesita de nuevas técnicas comuni­cativas sino que debe hacerse cultura. Tenemos la fuerza del pensamiento siempre renovado por la fe. Un pensamiento fuerte que sabe de la verdad y de la belleza profundas del ser humano. Necesitamos formación seria en momentos de debilidad generalizada. Por lo demás, es una cultura bajo el signo de la secularización ante el vacío dejado por las grandes ideologías, y que se nota incluso entre los cristianos: cultura de la imagen, del hedonismo, de la superficialidad y del egocentrismo, y de la pérdida de los elementos fundamentales “de la gramática” de la fe.
      4. -La defensa de la familia, como lugar natural de transmisión de la fe y de vivir valores auténticos. Hoy la familia sufre una profunda

        por el debilitamiento de los valores que tradicionalmente la han caracte­rizado y que se cuestionan incluso legislativa y económicamente. Se tiende a considerar a la familia como institución superada. Está en juego una visión antropológica de la familia.

        5- Compromiso con la vida política, con dos caras: por un lado, compromiso directo de acciones políticas; y, por otro, crecer en sensibilidad y hacer posible una nueva generación de políticos que hagan nuevas leyes que, a su vez, se plasmen en una nueva cultura. No olvidemos que hoy existe una centralidad de la política desde donde se desea promover la paz, el desarrollo y la liberación de los pueblos, así como las relaciones entre culturas y religiones, o la defensa de los derechos humanos y del medio ambiente. El ev|ngelio tiene mucho que decir sobre todos estos aspectos

        6. Inmigración. Este fenómeno cuestiona a las tradiciones con pretensiones de “universalidad”. Y adquiere matices positivos: el desarrollo de formas de solidaridad y la posibilidad de nuevos caminos de evangelización. Millones de cristianos han inmigrado. Son una riqueza, no sólo económica, sino una oportunidad para la nueva evangelización. Mucha atención a la piedad popular que debe profundizar en su fe. Las masas de otras religiones muestran también la sed de Dios, necesitan el anuncio explícito de la fe, con el respeto y la prudencia debidos. Conlleva la defensa de la vida y de la creación.

        7. Comunicación. La comunicación, hoy, ofrece dos caras: la posibilidad de contemplar el mundo como una interconexión global, pero al mismo tiempo puede llevar a una concentración egocéntrica sobre las necesidades individuales y la afirmación de la cultura de lo efímero, de lo inmediato o de la apariencia. En cualquier caso, hay que estudiar y utilizar las nuevas formas de comunicación. No son solo instrumentos técnicos sino instrumentos culturales que influyen en las personas y pueblos. No se puede pensar la comunicación sólo como técnicas, es un nuevo areópago. Tenemos que utilizar los medios sin traicionar el mensaje y sin olvidar el encuentro personal con Cristo para transformar la vida.

        En resumen, subrayó al final R. Fisichella, “si te encuentras con un paralítico, hazlo revivir, despierta lo que hay en su corazón... Somos una generación después de Jesús, sin Jesús (Péguy) ¿Creemos en Jesús o vemos y hacemos todo en y desde Jesús? ...Todos nos odian sin saber por qué. Pero quien nos conoce, se convierte”.

        Preguntas para el diálogo:

        1. -De los nuevos escenarios, ¿cuáles son los que se dejan ver más en nuestras iglesias?
        2. -¿Cómo se manifiesta la sed de Dios y de lo religioso en nuestro entorno? (pp. 26-27).

         

         

         

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