LIBRO VOCACIONAL RECOMENDADO
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G. URIBARRI BILBAO (ed.)

EL SER SACERDOTAL. FUNDAMENTOS Y DIMENSIONES CONSTITUTIVAS

Ed. San Pablo - Universidad Pontificia de Comillas, Madrid 2010, 440 páginas

 

 

Contiene el présente libro las Actas del Congreso celebrado en la Universidad de Comillas, del 19 al 22 de abril de 2010. Su contenido es rico y variado. Con éste titulo el Congreso pretende ser, en primer lugar, una llamada a profundizar sobre las palabras que el papa Benedicto XVI pronunciô el 16 de marzo de 2009, cuando anunciô por primera vez la celebraciôn de un ano sacerdotal: «La misiôn del pres- bîtero, como muestra el tema de la Plenaria, se desarrolla 'en la Iglesia'. Semejante dimension eclesial, comunional, jerârquica y doctrinal es absolutamente indispen­sable a toda auténtica misiôn y, por si sola, garantiza su eficacia espiritual. Los cuatro aspectos mencionados deben ser siempre reconocidos como întimamente relaciona- dos...»; y, por ello, quiere ser también un servicio a los sacerdotes de hoy.
Podemos decir que las conferencias de inauguraciôn «La identidad del sacer- dote segun el Nuevo Testamento», del cardenal Vanhoye y la de clausura del Car- denal Hummes: «La Palabra y la Eucaristia en la vida del sacerdote», presentan el inicio y culmen tanto de la vida sacerdotal como de este Congreso. Entre las dos, cinco bloques van profundizando sobre realidades de la vida y espiritualidad del sacerdote, hoy.

Un primer bloque, El ser sacerdotal: fundamentos, con las intervenciones au- torizadas del P. Ramlrez, Profecia y ministerio profético en las cartas paulinas; San­tiago Guijarro, El ministerio segun 2 Cor 2, 14-7, 4; o Miguel Ponce, El fundamento cristoiôgico del sacerdocio ministerial, nos situan ante las bases de un ministerio ordenado que sirve a la comunidad, iluminando con la novedad de Jesûs 'servicios' o privilegios de la antigiiedad y situando el 'ser sacerdotal' dentro de la buena noticia que Jesûs de Nazaret nos trae, como continuador de la misma, hecha palabra en la historia, débil y limitada, de los ministros-servidores.

Un segundo bloque, El ser sacerdotal en su dimension eclesial y de comuniôn, nos ofrece una reflexiôn al hilo de la historia del ministerio, mediante las conferen-cias del P. Dodaro, El sacerdote como pecador en el pensamiento de San Agustfn; del P. S. Madrigal, Ser sacerdote segun el Vaticano II y su recepciôn postconciliar, y la reflexiôn de D. Santiago del Cura, Sacerdocio comun y sacerdocio ministerial: elsentido del ministerio ordenado. Este bloque nos ayuda, entre otras cosas, a dis-cernir el momento présente y conocer hasta qué punto los décrétas sobre sacerdocio posteriores a Presbyterorum Ordinis, Optatam Totius, y Lumen Gentium 28, han ido tomando cuerpo en la praxis y documentos de la Iglesia contemporânea, especialmente en Pastores dabo bobis; junto a la influencia que han tenido en la formaciôn actual de los futuros presbiteros, para un tiempo nuevo y la sociedad na-ciente en este momento histôrico. Lo cual exige una lectura de los signos de los tiempos que pénétré en el tiempo venidero.

El tercer bloque, El ser sacerdotal en su dimension jerârquica y doctrinal, nos obsequia con aportaciones como la de Salvador Pié-Ninot, La dimension jerârquica del ministerio petrino, que nos invita a una comuniôn entre los pastores, Obispos y Romano Pontîfice, basada en la «relaciôn de reciprocidad»; como pastores de la grey que el mismo Jésus nos confiô; El obispo y su funciôn jerârquica en la Iglesia, de Mons, Uriarte, insiste en la tarea pastoral, la misericordia del Pastor, la promo-ciôn de la comuniôn y un estilo nuevo en el ejercicio de ese pastoreo. José Rico Pavés en El sacerdote como teôlogo, sintetiza su propuesta en 'ser para los demâs', iluminando la mente, orientando en la vida, con solicitud en el bien exterior e interior de los fieles.

El ser sacerdotal y su dimension espirituales el titulo del cuarto bloque, que se abre con un trabajo de Daniel Moulinet, El santo cura de Ars como figura de sacerdote y su recepciôn en la historia, que destaca la trayectoria sencilla y profunda de este «cura» entregado al «cuidado» de quienes lo necesitaban y acudîan a él en busca del encuentro con el Senor. El autor propone su espiritualidad a los sacer-dotes de hoy. Abundando en la dimension espiritual, nos encontramos con la con-ferencia del P. Arzubialde: Recepciôn de la Palabra, comuniôn eucarlstica y ministerio. Oraciôn y vida espiritual de la existencia del sacerdote. En ella se centra en la identidad, la forma configuradora y el servicio del amor; asî como en el sentido de pertenencia a la Iglesia. D. Lorenzo Trujillo trata La colegialidad como dimension espiritual del sacerdote. Destaca la fraternidad sacerdotal, la pertenencia a una co-munidad con orientaciôn al 'eschaton', y lo que significa en el ministerio la profecia que lleva a un présente escondido y en desarrollo, no a una utopîa irrealizable. A este bloque pertenecen a si mismo las ricas aportaciones que representan los tra-bajos de D. Antonio Bravo El ministerio ordenado en una Iglesia de ministerios\ del P. Arana, La formaciôn para el servicio ministerial; y La funciôn del ministerio y las nuevas estructuras pastorales. Oportunidades y desafios, que desarrollan desde la propia experiencia diocesana y diversas situaciones y lugares -Lérida, Bilbao y Almerîa- Ramôn Prat, Félix Larrondo y Tomâs Cano, mostrando los retos que en cada una de ellas se presentan para una nueva evangelizaciôn.

Concluye la obra con el quinto bloque, El ser sacerdotal y la su dimension ministerial. En él se incluve la intervención de don Juan José Gallego con San Juan de Âvila, modelo de praxis ministerial. Tras una breve y sucinta relaciôn del ministerio presbiteral del Santo Maestro, nos lo propone como el realizador en su tiempo de la 'fratemidad sacerdotal', para concluir presentândolo como modelo de sacerdote pastor para nuestro tiempo.

Podemos sintetizar el interés del tema y de las diversas aportaciones escuchando unas palabras del Cardenal Vanhoye, al final de su intervenciôn: «...un sacerdote debe poseer estas dos cualidades: la primera, 'digno de fe' para ser capaz de poner al pueblo en una verdadera relaciôn con Dios; la segunda, 'misericordioso' para ser capaz de acoger la miseria humana y poder ayudarla. Cristo posee en plenitud estas dos capacidades de relaciôn. Él las comunica a sus représentantes, los sacerdotes de la Iglesia, obispos y presbiteros»; y aquellas otras con las que el Card. Hummes finaliza su intervenciôn de clausura: «Pongo fin a mis palabras augurando que este congreso internacional sobre El ser sacerdotal: fundamentos y dimensiones consti-tutivas dentro del contexto del Ano Sacerdotal, lleve en si una gran y preciosa con-tribuciôn, sobre todo a nuestros queridbs presbiteros, en el proceso de renovaciôn de la conciencia de su identidad y del fervor en su ministerio, y también ayude a nuestros fieles a entender mejor el ser y el ministerio de sus sacerdotes».

Animamos a una lectura sosegada de los textos que contienen la riqueza y var-iedad de los diversos modos de ejercicio y vida del sacerdocio ministerial en la Iglesia; en la que Dios impulsa una vivencia plural de la encarnaciôn del Hijo en el mun-do como comunidad sacerdotal, tanto en los hombres y mujeres de cada tiempo, como en aquellos que ha puesto al trente de la comunidad para ser sus servidores. [Alonso Morata],