LIBRO VOCACIONAL RECOMENDADO
volver al menú
 


G. CUCCI-H. ZOLLNER

IGLESIA Y PEDOFILIA: UNA HERIDA ABIERTA

Una aproximación psicológico-pastoral

Sal Terrae, Santander 2011, 160 páginas

 

La pedofilia de los sacerdotes y religiosos es sin duda una herida abierta en la vida de la Iglesia y uno de los temas más dolorosos de estos últimos años. Los autores de este libro, ambos profesores de la Universidad Gregoriana de Roma, tratan de mirar de frente este problema más allá de las impresiones del sensacionalismo del momento, reflexionando sobre el tema en cuanto tal, sus causas, sus características psicológicas, posibles prevenciones y pistas para el futuro. Intentan dar luz sobre un tema en el que apenas se ha reflexionado con profundidad ni desde el punto de vista educativo ni psicoterapéutico. El sensacionalismo de la prensa ha dificultado una reflexión seria y serena sobre el problema.

La primera parte del libro aborda el tema en si mismo, reconociendo que no es fácil dibujar la personalidad del pedófilo y miope tratar de establecer una relación de causa efecto entre celibato y pedofilia. Resulta esclarecedor la reflexión que se hace sobre toda una cultura que intenta justificar una serie de comportamientos sexuales. Una solida formación de los candidatos al sacerdocio tendría que ser una de las lecciones que hemos de sacar de este problema. Sobre ello versa la segunda parte de este estudio, animando a no rebajar las exigencias de la formación sacerdotal. Cuando falta una formación unitaria e integrada las consecuencias pueden ser terribles. La Iglesia, según los autores, debe no sólo castigar a los pedófilos, sino preguntarse qué sacerdotes quiere tener y cómo formarles de modo sano. Para ello los autores nos ofrecen una serle de pistas a tener en cuenta en el delicado e importante asunto del discernimiento vocacional. Muy interesante todo el enfoque sobre las motivaciones, clave en esta etapa de formación. No debemos dar por supuesto que Dios es la motivación principal en el candidato. Sin darnos cuenta elementos secundarios pueden convertirse en lo más importante a la hora de aspirar al sacerdocio. Desde su experiencia de psicólogos y acompañantes ponen en guardia hacia esos vocacíonados veinteañeros que no tiene problemas, ni grandes ideales, pero con el corazón envejecido; ciertas vocaciones adultas que ya lo saben todo en materia de afectividad y creen que no necesitan ayuda. La presunción -dicen- es un indicador negativo. Las pistas de ayuda para el proceso for-mativo son muchas y sugerentes.

El libro concluye resaltando la importancia del formador en el camino hacia el sacerdocio y la vida consagrada, resaltando la importancia de una antropología cristiana interdisciplinar y desgranando las orientaciones de la Congregación de la Educación Católica sobre el papel de la psicología en el proceso formativo. Nada puede sustituir a unos formadores maduros que ayuden a los candidatos a conocerse a sí mismos y favorezcan el discernimiento personal y eclesial en orden a la madurez de la vocación sacerdotal. Un acompañamiento cualificado es lo que pedía Santa Teresa cuando nos dice que los directores espirituales han de ser inteligentes y preparados y no sólo devotos.

La lectura del libro nos ayuda a mirar con serenidad este complejo y doloroso problema de la pedofilia, invitándonos a profundizar en sus causas de modo que pueda ser un motivo de purificación para toda la comunidad eclesial y un nuevo desafío en lo que siempre ha sido una de las principales preocupaciones de la Iglesia: formar buenos sacerdotes a imagen de Cristo Maestro y Pastor [Jesús Rico],