LIBRO VOCACIONAL RECOMENDADO
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M. HUBAUT

DIOS TE LLAMA POR TU NOMBRE. VOCACIÓN Y MISIÓN

Ed. Mensajero, Bilbao 2004, 180 páginas

 

 

La Sagrada Escritura debe ser el alma de la teología (Dei Verbum, 24). ¿Por qué no extender esta preciosa indicación metodológica del Concilio a la teología de la vocación cristiana'? Para muchas comunidades cristianas el ejercicio de Lectio Divina se ha convertido en un valioso recurso para alimentar la vivencia cotidiana y personal de la fe. Cuando un cristiano habla de llamada o vocación reclama la concentración de la mirada en la raíz de su propia fe, en el motivo que la origina, funda y da sentido en continuidad con la capacidad de libertad y amor, inscrita por Dios en el hombre, y redimensionada por el don de la fe. Por ello, la teología de la vocación habría de ser un ejercicio de memoria histórica sobre los cimientos de mi vida cristiana y el modo en que quedan aquellos afectados por la actuación del cincel de Dios mediada en la vida sacramental, en las relaciones de calidad con los demás, en las decisiones del proyecto personal y... en el mensaje de la Palabra.

Hemos repetido muchas veces que, en el seno de una cultura cuyo mensaje es vehiculado por la imagen, la palabra apenas es fuente de significación. La reflexión vale también para la divina Palabra si olvidamos que ella no confía su significación a la virtud de la idea o el concepto, sino a una experiencia humana circunstanciada, confrontada con la necesidad de responder a las preguntas decisivas de la vida: ¿Quién soy?; ¿Qué puedo esperar de mi vida?; ¿Cuál es el manadero de su sentido?; ¿Cuál es mi destino? Aquí reside el atractivo y la fortaleza de este pequeño libro del franciscano Michel Hubaut. Adán, Moisés, Jeremías, Amos, Ezequiel, Pablo y... Jesucristo son el mejor aval de que, con su mostración en la historia, el único objetivo de Dios es propiciar relaciones de amor, un diálogo secreto, íntimo, inexpresable, entre Dios que llama y nuestra libertad que se siente seducida y consiente (p. 89). Toda vida humana es un ejercicio vocacional, un ímprobo movimiento que interroga las posibilidades, tantea los recursos a disposición y practica decisiones meditadas. Un triple esfuerzo que huye de la autocomplacencia cuando se despliega ante otro, cuando éste forma parte de mis posibilidades, cuando no lo excluyo como mediación sagrada y cuento con él al decidirme en cada revuelta del camino. Un proyecto de vida construido sobre la consideración sincera del otro es el primer pilar del puente que conduce a la orilla habitada por el Otro. La modernidad no ha soslayado la formulación de las preguntas decisivas a las que nos hemos referido, pero ha organizado sus respuestas en torno a la «autorrealización del sujeto» (p. 76). Jesús, en cambio -en cuya figura se demora Hubaut, como era de esperar- construye su vida dejándose mirar por su otro, el Padre. La mirada del Padre sobre sí permite a Jesús hacer de su persona lugar para el reposo de otras miradas (Venid y veréis, Jn 1, 38-39), objeto de seducción, fascinación y... seguimiento incondicional. El tú a Tú de la mirada destruye prevenciones y funda confianzas imperecederas.


Un libro sencillo, nada complicado, narrativo como la vida misma. Tal vez en su sencillez reside su complicación. La Escritura consigue la hazaña de relatar vidas humanas penetradas de Dios. El que tenga en sus manos la responsabilidad de modelar el camino de la fe de otros hará bien en repetir el ejercicio de Hubaut: descubrirles que el Otro les llama por su nombre, socorriéndose para ello del sagrado nombre de otros que son modelo de respuesta. Por último, no faltan en el libro sencillas salpicaduras aquí y allá sobre el valor y sentido de la oración y la vivencia sacramental cristiana como estímulos de vocación y misión.

Juan Manuel Cabiedas Tejero
Pontificio Colegio Español (Roma)

 

(Aparecido en la revista Seminarios n. 193)