ZIRNHELD volver al indice
 

     Palabra bonita, sonora, remota. Químicamente significa: «pino de los Alpes» (Zirn) —«héroe» (Held).
     Pero humanamente esconde otra cosa: un hombre con finura. Se llama André.
     Un hombre al que me encantaría saludar. No le conozco personalmente.
     Pero sin dármelas de psicólogo estoy seguro que es un hombre bueno.
    
     Esta oración es de Zirnheld.
     Me la envió un Provincial amigo el día de san Jenaro. La traduje del francés el día de san Mateo.
     Estoy seguro de que el lector opinará como yo: André Zirnheld es un hombre bueno.

Dame, Dios mío, lo que te queda.
Dame lo que no te piden nunca.
No te pido descanso,
     ni tranquilidad de alma o cuerpo.

No te pido riquezas,
     ni éxitos, ni siquiera salud.
Todo esto, Señor, te lo piden tanto
     que ya no debe quedarte nada.

Dame, Dios mío, lo que te queda.
Dame lo que no te aceptan:
     inseguridad, inquietud,
     obstáculos y tormentas.
Y dámelos, Señor, definitivamente, para siempre,
porque luego ya no tendré humor para pedírtelo.

Dame, Dios mío, lo que te queda.
Dame lo que los otros no quieren
Pero dame también el valor,
     la fuerza y la fe.