VITAMINAS volver al indice
 

     Hasta hace muy poco yo era analfabeto, como suena. Lo mismo me daban la «a», la «b» que la «c».
     Me invitaron unos amigos. Al ir a sentarnos a la mesa, el padre, médico, sacó de una alacena unos frascos. Dio a su hija una pastilla, otra a su esposa y, echando un comprimido efervescente en mi vaso de vino, dijo: «Estas vitaminas "B" le irán bien».
     Me preguntaron luego si me gustaba. Dije que sí. No por el vino, que creo quedaba algo estropeado, sino por el cariño, porque creía que me iría bien.
     También la vocación de servicio puede «estropear» el vino de nuestra perspectiva humana. Pero hay otro «alfabeto», el que emplea nuestro Padre. Él sabe qué es lo que nos irá bien.