SABRINA volver al indice
 

     Pasé unos días (oficialmente «de vacaciones») con una familia amiga.
     Me levantaba muy de mañana. Hasta las 12 trabajaba entre libros y cuartillas. Con Edgardo (6 años) y Sabrina (4 y medio) marchaba entonces a decir misa.
     Misa de «tres» en una ermita próxima: Sabrina, con su velo blanco, de pueblo fiel; Edgardo, de acólito; yo, de sacerdote.
     El primer día aprendieron ya a encender las velas, preparar ornamentos y vinajeras. Fue al cabo de una semana cuando al entrar en la sacristía sorprendí a Sabrina besando reverente la hostia grande que Edgardo algo tembloroso acababa de poner sobre la patena.
     Poema de fe, escrito antes de los 5 años.