LECCIÓN volver al indice
 

     Profesor mío cuando estudiaba Derecho. De esto hace... unos cuantos años.
     He ido a pedirle un certificado, no de estudios.
     Me lo ha preparado inmediatamente, con la misma sonrisa de siempre, recordando tiempos pasados.

     —¿Cuánto le debo, don Juan?
     —Reza una salve por mí.

     La he rezado al salir de su despacho (mientras resonaba en mí la salve cantada al final del día en el monasterio cisterciense donde casi cada año paso unos días) y he dado gracias a Dios por esta inesperada lección de mi antiguo profesor. Este hombre, además de cánones, pandectas y decretales, entiende de ternura. Y desde su despacho sigue salvando al mundo.