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Me consultó el responsable de una congregación dedicada a la educación sobre lo que la actual pedagogía dice acerca de los internados. «Mis gentes defienden que son totalmente negativos», dijo.
Le presté una tesina de licenciatura titulada Sobre el internado: una obligada reflexión tras siete años de experiencia, redactada por un alumno mío; le regalé una fotocopia del discurso de Pío XII sobre los internados, pronunciado el 20 de abril de 1956; le leí el 2º principio de la Escuela Nueva: «La E. N. es un internado con una atmósfera tan familiar como sea posible»; le pregunté si su gente no había oído hablar de Summerhill de A.S. Neill; y con contenida ira le recordé aquello de «No hay nada más brillante que una teoría cuando se monta sobre un instinto».
Que digan los educadores-de-oficio que prefieren la tranquilidad, me parece humano. Pero, por favor, que no tomen en vano el nombre de la pedagogía.
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