ELECTRICISTA volver al indice
 

     Al morir, al hijo se le ocurrió imprimir este lacónico recordatorio de su padre.
     Debajo del nombre y apellidos sólo esta frase de Unamuno:
     «Luz, luz, más luz todavía», dicen que dijo Goethe moribundo. No, calor, calor, más calor todavía, que nos morimos de frío, no de oscuridad. La noche no mata, mata el frío.
     El padre era electricista (perito en aplicaciones científicas y mecánicas de la electricidad), pero sobre todo era un hombre bueno que amaba. Por eso irradiaba calor.
     Tener un electricista así por padre es una gran suerte.
     Yo tuve esta suerte.