CATÓLICO volver al indice
 

     Fue en Tarragona, mi ciudad. Estudiaba primero de latín. Volvíamos de vacaciones de navidad, y a los pocos días, zas, fiesta. ¡Qué alegría!
     Pregunté a mosén Abdón Socías (el sacerdote asesinado por un loco en Morell el 1 de octubre de 1977), entonces estudiante de teología, que a qué se debía aquella fiesta.
     —Porque es san Fructuoso.
     —¿¿¿ ¿??
     —San Fructuoso fue obispo de Tarragona, hombre, y murió mártir con sus dos diáconos san Augurio y san Eulogio. Ya verás cómo iremos de paseo al anfiteatro.
     Así fue. Y además a un sermón en la catedral. Un sermón en el que me dormí. Es que en aquellos tiempos los sermones eran muy largos y yo... muy chico.
     Me dormí, pero no todo el rato. Tuve tiempo de oír —y me impresionó— lo que contó el predicador: que antes de atarle al palo de la hoguera le hicieron descalzar, y entonces se le acercó un soldado llamado Félix y, tomándole la mano derecha, le rogó se acordase de él. El santo, con voz clara que todos oyeron le contestó: «Yo tengo que acordarme de la iglesia universal, extendida de oriente a occidente».
     El predicador dijo —y fue la primera vez que lo oí en mi vida— que el mártir usó la palabra «católica», Iglesia católica. Pero que «católica» no quería decir algo distinto a «protestante», «ortodoxa», «judía»... sino «universal». Porque la palabra griega «católico» viene de cat(á) que equivale a «a lo largo de» y «ólico» (olos) que significa «todo»: «a lo largo de todo».
     Yo creo que la causa de mi sueño se debió a todas estas explicaciones que a mí me resultaban entonces abstrusas.
     Han pasado unos cuantos años desde entonces, pero cada vez que llega la semana de la unidad (18-25 de enero) pienso que la fiesta de san Fructuoso encaja, pero que muy bien, dentro de ella. Porque él no era un obispo provinciano, ni separatista, sino universal. Con sus brazos extendidos, «apenas las llamas quemaron los lazos con que le habían atado las manos», de oriente a occidente.