BERNANOS volver al indice
 

     Siempre me resultó atrayente. Bueno, no creo que la palabra «atrayente» sea la más adecuada, porque Bernanos era terrible, a pesar de ser el profeta de la alegría. Además, los verdaderos profetas tienen piel de erizo.
     Pero desde este año le quiero más. Por culpa de un linotipista, que en la agenda le llamó tres veces (toties quoties) Bermanos en vez de Bernanos.
     Como desagravio linotipístico público quiero recordar aquel luminoso canto suyo a la esperanza:

«El optimismo no es más que un vulgar sucedáneo de la esperanza. La esperanza no anda suelta por la calle. Hay que conquistarla. Sólo se llega a ella a través de la verdad, a base de enormes esfuerzos y mucha paciencia. Para dar con la esperanza hay que sobrepasar la desesperanza. Sólo cuando se dobla la negra esquina de la noche más oscura, empieza a florecer una nueva aurora».

     Yo quiero conquistar una nueva aurora.