LIBRO VOCACIONAL RECOMENDADO
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JAUME FONTBONA

MINISTERIO ORDENADO, MINISTERIO DE COMUNIÓN

CPL, Barcelona 2009, 196 páginas

 

 

«Ofrezco este libro como una nueva síntesis sobre el ministerio ordenado desde la eclesiología de comunión». Así es coo el presbítero y teólogo Jaume Fontbona introduce la obra que aquí presentamos. Son palabras que resumen bien tanto la estructura como el contenido e indican también el camino por el cual el lector va a transitar al pasar las primeras páginas de este apasionado libro, tal como aprecia Mons. Pere Tena en su prólogo.

 

Una nueva síntesis

La reflexión que el autor hace sobre el ministerio ordenado parte de la reelaboración de su anterior libro sobre el tema, Ministerio de Comunión, publicado en el año 1999 en la misma colección Biblioteca Litúrgica que él mismo dirige en la actualidad desde el Centre de Pastoral Litúrgica de Barcelona, donde ejerce también el cargo de presidente. Se trata pues, en palabras de Fontbona, de un nuevo libro con un nuevo planteamiento (Introducción, p.12s.).

Se hace inevitable retomar ese primer libro que sirvió como manual de referencia durante los primeros años de docencia del profesor Fontbona junto con el clásico Ser sacerdote hoy de Gilbert Greshake. Hoy como entonces el autor continúa presentando el Sacramento del Orden desde la perspectiva del ministerio de comunión. Ahora con esta nueva publicación y nuevo planteamiento alcanza una nueva síntesis sin renunciar al trasfondo conciliar de la eclesiología de comunión.

El doctor Fontbona, con sus más de diez años como profesor en la Facultat de Teología de Catalunya, imparte además de otras materias la correspondiente al sacramento del orden, cuyo título, Ministerio de Comunión, se ajusta en contenido y estructura a la obra que aquí tratamos. La madurez adquirida con el discurrir de los años y la experiencia acumulada en el ejercicio de su ministerio y en su responsabilidad pastoral en los movimientos de Acción Católica se completan con el estudio y la reflexión sistemática a partir de los recientes documentos magisteriales, de las conclusiones de los últimos acuerdos ecuménicos, amén de las numerosas publicaciones sobre el tema del ministerio ordenado. Toda esta abundante producción ha encaminado al autor a replantear la cuestión tal como él mismo lo manifiesta en la presentación del libro. A su vez aprovecha para aclarar lo que no quedaba demasiado claro en la publicación anterior en lo que se refiere al carácter comunional del ministerio ordenado quedando planteado y afirmado como una «relacíonalidad sacramental y ontológ/ca a! mismo tiempo».

La eclesíología de comunión

La visión del ministerio desde la eclesiología de comunión, «que no define a la Iglesia sino que la descubre como misterio de comunión» (cf. «La eclesiología de comunión», Phase 282 [2007] 453), es el marco desde el cual el autor aborda el tema del ministerio ordenado. Trece años después de la producción de su primer libro (son diez años de su publicación en lengua castellana si bien el original en lengua catalana se remonta a tres años antes) este nuevo planteamiento conserva una total coherencia de planteamiento temático, que recorre todos los capítulos, en el contexto de la eclesiología de comunión según apunta Mons. Pere Tena en el prólogo. Este contexto viene siendo estudiado con gran profundidad por Fontbona desde los albores de su labor científica con la elaboración de su tesis doctoral sobre la Comunión y la sinodalidad (Barcelona, 1994) en la doble perspectiva teológica de Oriente (Zizioulas) y Occidente (Tillard).

El ministerio ordenado

El nuevo planteamiento al que venimos haciendo referencia conlleva también una nueva estructura. La obra que aquí tratamos se distribuye en tres capítulos armónicamente compensados y culmina en un cuarto capítulo que contiene la reflexión y síntesis teológica sobre el ministerio de comunión, desde el «triple testimonio de las Escrituras, de la Tradición y de la Liturgia de ayer y de hoy».

El primer capítulo recoge fundamentalmente lo ya expuesto en el primer libro, reforzando eso sí con el nuevo planteamiento el aspecto de la sacramentalidad del ministerio ordenado, en lo que concierne a su diferencia esencial respecto al sacerdocio común, a su relación íntima con la Santísima Trinidad y en la radicación espacio-temporal de la comunidad eclesial.

En el segundo capítulo se escruta el testimonio de la Tradición y de la Sagrada Escritura, desde donde emerge la relación entre ministerio de comunión (obispo, presbíteros y diáconos) y misterio pascual (Eucaristía y Evangelio). De esta relación surge lo que el autor denomina los tres pies del ministerio de comunión: evangelio, eucaristía (y con ella los demás sacramentos) y el servicio de la caridad con los pobres. «Del estudio de los diferentes textos del NT aparece claro que el ministerio apostólico es don de Dios para que todos acojan su salvación y para la edificación de la Iglesia» (p. 70). Destaca también el cambio de perspectiva sobre el Sacramento del Orden que se produce en el Vaticano II en relación a Trento en cuanto a su naturaleza (natura presbyteratus\ PO 2) y a su condición en el mundo (pres-byterorum in mundo conditio: PO 3), Este cambio es explicado en una síntesis de cinco puntos: la misión de la Iglesia, la institución y el ministerio apostólicos, la acción in persona Christi Capitis y el teocentrismo de toda la existencia y misión del ministro ordenado (p. 75).

El autor consagra el tercer capitulo al testimonio litúrgico sobre el ministerio ordenado. Es una exposición interesante y novedosa pues aborda con mayor profundidad en el don recibido por la imposición de manos y la plegaria de ordenación, gestos que configuran la existencia del ordenado, en su identidad y en su misión. Fontbona recoge la evolución del rito de ordenación, como ya hacía en su primer libro, tomando los documentos principales de los primeros siglos de la Iglesia indivisa (Traditio Apostólica y Constitutiones Apostolorum) pero esta vez no realiza un gran salto hasta el Vaticano II, ya que incluye oportunamente el testimonio de otros documentos significativos (Eucologio de Serapión y Testamento de Nuestro Señor Jesucristo de los siglos IV y V respectivamente), así como de los grandes e indispensables sacraméntanos del siglo V al VIII (Veronense y Gelasiano), de los pontificales (el romanogermánico del siglo X y el de la curia romana del siglo XIII) e incluso de los Ordines de la Liturgia Hispánica. Fontbona condensa la síntesis teológica que emana del rito mismo de la celebración del sacramento de la orden a través de la historia y de la eucología de las fuentes litúrgicas destacando la gran riqueza que se halla en las figuras tipológicas en el texto de las diversas plegarias de ordenación. Operando de esta manera a partir de las mismas fuentes se logra alcanzar una comprensión profunda de dichas plegarias respecto a su origen y sentido y de lo que hoy queda plasmado en los actuales rituales de ordenación fruto de la reforma litúrgica del Vaticano II.

Finalmente creemos que es justo y necesario agradecer a Jaume Fontbona haber optado por un inicio más positivo si lo comparamos con el de su libro anterior. Por aquel entonces el lector, pensamos especialmente en el seminarista como posible destinatario al que se ofrece su lectura, colisionaba irremediablemente con la "fatalidad" desde el primer capítulo (Ministerio de comunión, pp. 26-29) cuando apuntaba enseguida a la crisis de identidad del ministerio. Gracias a Dios durante este último decenio, tal como ya comentábamos anteriormente, hemos asistido a una lluvia incesante de documentos magisteriales y ecuménicos amen de copiosas publicaciones y reflexiones sobre el tema del ministerio ordenado. Obviamente, de esta lluvia Fontbona ha podido empaparse con abundancia, y la rica y admirable bibliografía al final del libro da buena prueba de ello para deleite y satisfacción del lector y de todo aquel que quiera ahondar en el tema. Este hecho, según nuestra humilde opinión, puede explicar el cambio de orientación inicial hacia una visión más positiva que sin duda alguna determina el desarrollo del discurso. Así pues, de un libro a otro hemos viajado felizmente desde la «confusión sobre la identidad del ministerio» (primeras líneas del capítulo primero de Ministerio de comunión) al asigno visible de la visita del amor de Dios Padre manifestado plenamente en su Hijo Jesucristo por el don del Espíritu Santo» (p. 21 del libro que tratamos). De todos modos, y a pesar de esta toma de posición más positiva, Fontbona no se aleja ni un ápice del realismo y de la crítica constructiva a la vez que denota una preocupación personal sobre la situación actual del ministerio ordenado.

A título de conclusión, nos parece oportuno retomar las palabras de Mons. Tena al final del prólogo cuando define el libro del Dr. Fontbona como un elemento de diálogo en la amplia literatura sobre el ministerio ordenado. Y prosigue el obispo auxiliar emérito de Barcelona destacando como la publicación de esta obra en el contexto del año sacerdotal convocado por Benedicto XVI puede aumentar el interés y contribuir a una lectura más fructuosa para los ministros ordenados, los seminaristas y los cristianos conscientes de vivir en la comunión eclesial [Joan Obach Baurier].

 

 

(Aparecido en nuestra revista Seminarios n. 195-196)