LIBRO VOCACIONAL RECOMENDADO
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ESTHER DE WAAL

Invitación al asombro

 

Ediciones Sígueme, Salamanca 2007, 188 páginas

 

 

Vamos a dejar claro desde el principio el punto de partida. Nos dice la autora: Dedicar un tiempo a estar solo; tiempo que intento reservarme conscientemente como algo positivo y creativo, tiempo que no es un lujo sino algo esencial. Conseguir un espacio para mí; algo que parece muy sencillo y hasta cierto punto lo es, pero que resulta sorprendentemente difícil de lograr cuando no se cuenta con algún tipo de ayuda externa. Ambos son los propósitos que le han guiado a la hora de redactar lás páginas que siguen.

La autora nos expone una serie de reflexiones sobre puntos concretos que podrán ir desgranándose día a día, sin prisas. La verdad es que no son reflexiones atosigantes. Todo lo contrario. Refrescan la mente y el corazón.

Junto al punto de partida que nos sitúa en lo que ella pretende, éstos son los títulos que va desarrollando a lo largo de estas páginas. Todos ellos van acompañados de oraciones y reflexiones:

- Ver con el ojo interior

-Silencio

- Atención

- Cambio

- Tiniebla y luz

- Misterio

- Don

- Epílogo

Esta autora inglesa es profesora y madre de cuatro hijos. Su especialidad es la espiritualidad benedictina y celta. Dirige encuentros de oración de grupos eclesiales y, además de publicar valiosos libros, se dedica a dar conferencias sobre estos temas.

Llama la atención en el libro el hecho de urgir a ver, a ver de nuevo, de ver con los ojos claros gracias a la oración contemplativa, a ver con ojos limpios por las lágrimas, pero, sobre todo, a ver con deleite y asombro. Así comprendemos el título del libro. G. K. Chesterton dijo en cierta ocasión: "aunque lo asombroso nunca faltará en este mundo, sí faltará el asombro".

Aunque podríamos ir viendo la finura de espíritu presente en cada uno de los capítulos, expreso sólo unas palabras del autor sobre el silencio: El silencio no es una ausencia, sino una presencia. Como Elías en la cueva, descubro que Dios está aquí en el "sonido del silencio absoluto". Dios se hace presente en esta calma total. El silencio y la calma son dones cordiales, frágiles, que han de ser tratados con delicadeza, sobre todo dedicando tiempo a esperar y escuchar. Hemos de aprender a alimentar el silencio, no sólo de los labios y del corazón, sino, con mayor urgencia, el de la mente. Y nunca para domesticar.

En tiempos de bastantes banalidades, creo que ayuda a afinar el espíritu y la vida misma este tipo de libros que nos encauzan por caminos distintos y que a lo largo de la historia han ido gestando tantas respuestas y tantas vocaciones. Lo recomendamos. Se lee muy fácilmente.