Este libro no ha sido escrito por Nouwen. A partir de lo que fue su pensamiento, M. J. Christensen y R. J. Laird lo han elaborado, actualizando su lenguaje y tratando de ser fieles al pensamiento de Nouwen.
El tema de la dirección espiritual ha ido evolucionando mucho s lo lsrgo del tiempo y también en la visión de Nouwen. En un principio la dirección espiritual la entendía como una “cuenta de conciencia” entre un líder espiritual maduro y un sacerdote o ministro recientemente ordenado. Posteriormente prefería expresiones como amistad espiritual o al ma amiga para referirse a esta realidad. Así pues podemos resumir el pensamiento de Nouwen sobre la dirección espiritual de la siguiente manera: es una relación iniciada por una persona en búsqueda, espiritualmente hablando, que encuentra a otra persona de fe madura dispuesta a orar y a responder con sabiduría y comprensión a sus preguntar acerca de cómo vivir espiritualmente en un mundo donde imperan la ambigüedad y la distracción.
Es importante notar desde el primer momento “cómo leer el libro”. En la introducción se nos dice lo siguiente: “Este libro está pensado para ser leído al menos dos veces: la primera, todo seguido de principio a fin, quizá de una sentada; la segunda vez, lenta y meditativamente, quizá un capítulo semanal durante diez semanas. Los capítulos pueden leerse en soledad o en comunidad, y consecutivamente o no, dependiendo de las preguntas, necesidades e intereses del lector”.
Al final de cada capítulo hay un apartado “Reflexionar y anotar en el diario” con unas preguntas. Los ejercicios que hay también al final de cada capítulo están pensados para ser realizados con el director espiritual o el grupo al que se pertenezca.
El libro nos muestra tres disciplinas y prácticas espirituales clásicas que son particularmente útiles en la relación de dirección espiritual: 1) la disciplina del corazón; b) la disciplina del Libro; c) la disciplina de la Iglesia o comunidad de fe.
La disciplina del corazón lleva consigo la introspección y la oración contemplativa por la que empezamos a ver a Dios en el corazón.
Mirar a Dios en el Libro es la disciplina por la que miramos a Dios a Dios a través de la lectio divina. Un director espiritual maduro nos ayuda a lograr que nuestro compromiso con la Palabra de Dios sea honrado y regular, y añade la perspectiva de la interpretación comunitaria.
La tercera disciplina para la dirección espiritual es la disciplina de la Iglesia o comunidad de fe. Eso exige estar en relación con el pueblo de Dios, testimoniando la presencia activa de Dios en la historia y en la comunidad. “Donde estéis dos o tres reunidos en mi nombre…” (Mt 18, 20).
El libro en su conjunto es el desarrollo de estas tres disciplinas. Y este desarrollo está marcado por un estilo sabio y cautivador.
Y podemos terminar con este final del libro: “Confía en que Dios te guiará. Después de todo, es el Espíritu de Dios el que guía y dirige realmente; el director está simplemente ahí para ser un amigo de Dios y tuyo en el proceso".
El libro termina con una bibliografía que tiene varios epígrafes: Obras de Nouwen, antologías de Nouwen y obras sobre él, obras sobre la vida espiritual recomendadas por Nouwen.