TANTÁN II volver al indice
 

      No se llama así, pero yo lo llamo así porque no sé cómo se llama. Es un regalo de Li-Fen, una antigua alumna mía de Formosa. Cuando corre un poco de aire se pone a cantar melodías remotas.
     Como no hay manera de meter en las páginas del diccionario los sonidos que suenan, ahí van sus ecos a base de unos refranes chinos. Al leerlos mis amigos se trasladarán en cierta manera a mi despacho:

     * ¡En el cielo hay tantas estrellas! ¡En el suelo hay tantas tachuelas!
     * Todas las familias tienen un libro de lectura difícil.
     * Porque el viento le llevó el sombrero, acusa al cielo.
     * La barca podrida aún tiene tres mil clavos.
     * No mata de hambre el cielo a los gorriones ciegos.