LEY volver al indice
 

     Al regresar de vacaciones de Navidad encuentro sobre la mesa de trabajo un gran montón de correspondencia cardiaca (¡qué bueno que una vez al año la gente pierda la crónica timidez y use el verbo querer espontáneamente!) y algún que otro chisme original.
     Este año Covadonga no sólo se ha hecho presente con su cordialidad de siempre, sino que me ha enviado un estilizado crucifijo montado sobre una pieza de alabastro o algo así. Altura total del artefacto, 10 cm.
     Sin permiso del orfebre he despegado una pequeña etiqueta con la leyenda «plata de ley», demasiado visible para mi gusto, y la he repegado en la base.
     Uno de mis inquietos alumnos (inquieto de corazón e inquieto de manos) descubre lo de «plata de ley» y hace un significativo gesto de conformidad.
     Me complace su reacción. El ataca sistemáticamente leyes y reglamentos pero... acepta la ley de la plata.
     Cuando vocea contra las leyes, incluida la ley de Dios, ¿no estará clamando contra la alpaca?