ARNALDO volver al indice
 

     Le recogieron a los pocos días de nacer. «Sin padres», decían los papeles. Entró a formar parte de una familia sin hijos. Y poco a poco floreció el milagro. Ella cantaba suavemente para no despertarle, él volvía pronto del trabajo para ver despuntar la primera sonrisa, la primera palabra, el primer paso. Los vecinos del principal y del segundo preguntaban por el pequeño, les visitaban, se lo rifaban. En aquella vivienda había más amor.
     Si un día Arnaldo quisiese ser sacerdote quizá tendría alguna dificultad por los «papeles». Pero el ángel de la guarda sabe que los papeles de Arnaldo están en regla: fue amado, hizo amar, amó. Que en el extremo superior de la ficha haya unas líneas borrosas, no quiere decir nada.