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Me sonaba igual de mal que «archimandrita» o «archipámpano».
Hasta que un buen día me enteré que MacLeish se llamaba así. Desde entonces el nombre ha ganado en sonoridad para mí.
MacLeish tiene que ser un hombre bueno. De él únicamente conozco una frase. Pero tan significativa que ella sola me garantiza su bondad.
Al terminar la segunda guerra mundial, Clement Attlee, primer ministro del Reino Unido, y el poeta norteamericano Archibaldo MacLeish hicieron un dúo que decía:
«Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres,
es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz»..
¡Qué cosa tan bien dicha!
Ah, y la Unesco opina igual. Como que la Constitución de este organismo internacional, aprobada en Londres el 16 de noviembre de 1945, empieza precisamente con estas palabras de Archibaldo el bueno.
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